Aceite de oliva
Seguro que habrás escuchado este dicho acerca de que “somos lo que comemos”. Pues en realidad, no le falta razón. Todos los alimentos que ingerimos contienen unas propiedades alimenticias que aportan una serie de nutrientes, vitaminas, proteínas, hidratos, etc. que hacen que nuestro organismo funcione mejor o peor.
A) Aceite de oliva
Hoy te queremos enseñar el valor nutritivo del aceite de oliva, el ingrediente clave para la gastronomía mediterránea, para que puedas conocer qué es lo que comes.
Es un ingrediente que procede del fruto de la oliva, cultivado en las propias tierras. Para obtener el aceite, se meten las aceitunas en un molino y se extrae todo el jugo. El aceite tiene distintos usos, ya que se puede utilizar como jabón, como combustible, como condimento alimenticio, de forma medicinal o incluso en un ámbito religioso.
Este aceite puede ser de tres tipos:
- Aceite de oliva simple (refinado): es una mezcla de aceites defectuosos o virgen extra, cuyo grado de acidez no puede sobrepasar al 1º.
- Aceite de oliva virgen: es el segundo aceite de mayor calidad. Su grado de acidez no puede sobrepasar los 2º.
- Aceite de oliva virgen extra: se obtiene de las aceitunas en buen estado, por lo que es el aceite de mayor calidad. Su grado de acidez no puede sobrepasar los 0,8º.
Es un ingrediente rico en vitaminas que muchas dietas incluyen. Además, es bueno para la salud digestiva y cardiovascular, a la vez que depura el hígado y la vesícula biliar. Contiene vitamina E, que va bien para el cuerpo de los niños y las personas mayores. Es antioxidante, y ayuda a reducir el colesterol malo, es decir las grasas saturadas. Por último, aporta una serie de grasas que nuestros cuerpos necesitan. Dicho esto, debes recordar: ¡El aceite es fundamental!
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