martes, 13 de diciembre de 2016

Proteína vegetal o animal


Como ya se ha podido comprobar, hoy es martes, y como tal nos toca una entrada dedicada a ampliar el conocimiento sobre nutrición. Sabemos que te gustan más las recetas, pero es fundamental conocer los alimentos y sus propiedades para lograr una dieta saludable y equilibrada.

Vamos empezar con las proteínas de origen animal que tienen un alto valor biológico. Quiere decir que las proteínas animales (que tienen un ADN más similar al nuestro que los vegetales) contienen una cantidad de aminoácidos muy parecida a la que nuestro organismo necesita para construir sus propias proteínas.
Pues bien, las proteínas contenidas en la carne animal contienen todos los aminoácidos necesarios y en las cantidades acertadas. Esto no quiere decir que esos mismos aminoácidos no los podamos encontrar en el reino vegetal. Lo que quiere decir es que, para poder utilizar proteína vegetal de una manera óptima, es necesario conocer bien los alimentos que las contienen y saber combinarlos adecuadamente, mientras que comer carne es una forma más rápida y práctica de conseguir la misma finalidad.
El problema con las proteínas animales es que acidifican el sistema y esto puede causar serios trastornos en la salud. El consumo excesivo de carne está relacionado con algunas de las enfermedades de nuestra sociedad como los problemas de corazón, colesterol, cáncer, etc.
Los vegetales son una extraordinaria fuente donde proveernos de los aminoácidos que necesitamos. El problema o inconveniente es que los vegetales no disponen de la cantidad necesaria en los porcentajes necesarios. Pero se trata de un inconveniente con fácil solución. Para poder nutrirnos de los aminoácidos esenciales es necesario combinar los distintos alimentos de origen vegetal.
Si cada día, en la comida principal, nos aseguramos de ingerir un plato que contenga el 75% de algún cereal (como arroz integral, sarraceno, quinoa, mijo, avena, etc…) con un 25% de alguna legumbre (como garbanzos, lentejas, azukis, etc…) nos estamos asegurando de ingerir la cantidad de aminoácidos que el cuerpo necesita para realizar sus funciones de una manera óptima.

Como podemos ver no hay que decantarse por un tipo de proteína en concreto. Lo fundamental es no abusar de ellas y complementar la alimentación con otros alimentos como legumbres, cereales o verduras. ¡Ya sabes, el equilibrio es la clave!

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